Declaración

Hace aproximadamente cuatro años la conocí, no recuerdo exactamente el día, el mes y la hora pero, recuerdo que era tarde, eso lo recuerdo perfectamente porque me gustan más las tardes que las mañanas. Me gusto lo pálido de su piel, su linda y sobria figura, y lo bien que le va el azul de su ropa, su linda mirada y su hermosa voz dulce, sutil, calida y a veces sintética. He tratado de conocerla a fondo, a veces se resiste y me desespera. por otro lado he pensado que la causa de mi desesperación radica en que no he realizado las preguntas adecuadas, en fin, he tratado de conocerla, y sí, si me he desesperado, he pensado inconscientemente en hacerle reproches, aunque no lo hice muchas veces, tal vez nunca lo haga, no es culpa suya. Me ha enseñado muchas cosas que desconocía; un nuevo lenguaje, me ha ayudado en tantas cosas que me apasionan, sabe muy bien cuales son y tímidamente nunca me ha cuestionado. Ahora que escribo esto, casualmente escucho Opus numero Doce de Dustín O ´ Halloran, es perfecta, tiene todos los matices que hacen a uno dudar sobre la existencia de esta la canción aunque, no es la única canción que me hace sentir esta emoción, a la anterior se le puede sumar Daffodils de Sopor Aeternus que, ella muy bien conoce. Me ha escuchado hablar de los múltiples espacios geográficos, colores azules, tardes frías que me hacen imaginar y que sólo puedo encontrar en el Agnus Dei de G. Fauré o Now we are Free de Lisa Gerrard. Algunas veces abandonamos las tardes-noches para sólo quedarnos con las tardes polvorientas del Boulevard de ¨ The Carnival is over ¨ con la Siciliana Opus 78 de Fauré o con la Brisa fría que nos produce Oxalá de Madredeus y Writing to Reach You de Travis.

Confieso me han atraído físicamente otras, cuidan mucho de sus figuras sintéticas, son de otra generación que crece y se desarrollan cada vez más rápido. No me alarmo demasiado aunque, sí admiro su lucidez y sus múltiples cualidades. No confió ciegamente en ellas por el momento. Estoy seguro que en poco tiempo tendré que acercarme irremediablemente a ellas y es seguro que no sentiré remordimientos, tal vez sea inevitable. Creo que aun existen cosas, momentos que son inolvidables, situaciones sencillas, otras complicadas pero existen o existieron, eso es lo que importa. Tal vez la olvide algún día o la tenga tan cerca de mí hasta que sea tan importante en mi vida como un Commodore-64, pero hasta el momento lo único que puedo decir es: ¡Me encantas Compac Presario 5626LA!