Hace un par de meses me encontré a un amigo de la Fuck (facultad) que me comentaba (consternado) una mamada sobre la disminución clases de filosofía en las prepas de la UNAM, o algo así, no recuerdo. El punto, le comentaba, era que no importaba si sólo dejaban una hora a la semana. Mi argumento radica en que vale más la calidad que la cantidad, ya que la mayor parte de las clases de humanidades (las otras también) son un asco, y todo esto reside en la poca preparación y la falta de herramientas pedagógicas de los profes para transmitir sus conocimientos. En mi experiencia como maestro de escuelitas privadas (mamonas), lo único que puedo adelantar es que: Dar una clase es un arte, no una puta ciencia, (como algunos pedagogos lo quieren entender) y esto se pone más interesante en niveles como secundaria o primaria (no quiero imaginarme a preescolar o un pedo así). Si uno no logra mantener la atención de los chavos por cincuenta minutos y al final tenerlos comiendo de tu mugrosa mano, te corren, te mandan directito a la verga. Todo trabajo, además, debe quedar registrado en su mente y en su cuaderno; una mala nota no es culpa del alumno, es culpa del may, esa es la premisa de las escuelas particulares: sangrar al profe para después desquitarse con las colegiaturas. En cambio, una escuela pública, es una basura (me imagino que hay excepciones), y los que hayan estado en una ha de haber notado desde cuando, que sólo entraron a la primaria, secundaria o prepa, para aprender a medio leer, sumar, restar o en el mayor de los casos a dividir. Debo de confesar en esta parte que aprendí a dividir hasta sexto año de primaria (jeje, eso me enorgullece porque nunca tuve una buena educación de niño, pero a lo largo de estos años me estado esforzando por ponerme al nivel, gracias mi querida UNAM). En la última capacitación de la SEP que tuve, sólo fui para deprimirme más, y ninguno de los maestros de Historia sabía nada sobre su puto tema, van súper atrasados y no hay autoridad que les exija lo mínimo, pero al final de la mañana creo que fui el perdedor, ellos se fueron en camionetas Honda, Explorer o en algo más austero como un Jetta, yo en cambio, me quede en la avenida como media hora esperando a que pasara una maldita y maloliente combí.