Rock Urbano

A principio de la década de los ochenta surgieron algunas bandas que tiempo más tarde serian catalogadas como representantes del Rock Urbano. Desde hace tiempo he afirmado que varias de éstas tuvieron un apogeo en cuanto a su calidad musical, aunque eso si, las grabaciones siempre tuvieron que ajustarse a las circunstancias económicas y a los productores del momento, que para bien o mal, forjaron un estilo y sonido particular. Algunas bandas fueron: Mara, Blues boys, Heavy Nopal, Trolebus, Isis, Transmetal (esta tocaba Merol pero es de la época) y el Tex-Tex, por citar algunas. Hoy en día, este estilo de música ha quedado estancado, lo que pudo evolucionar y ofrecer alguna alternativa, ha derivado en un sin fin de grupos que no sólo tienen un sonido de grabación terrible, también carecen de ideas originales y las letras ni se diga. En cuanto a los músicos, no quiero afirmar que sean malos, pero muchos de estos son de los más cerrados y parecen no tratar de arriesgarse a experimentar con nuevos sonidos o nutrirse de otros géneros. En fin, hace unos meses comenzó a transmitirse un Reality Show de un personaje “Charlie Montana” y la verdad es que el tipo no sólo provoca un atascón de risa, también ofrece un mejor panorama acerca de ambiente en el cual se rodea y sobre su estilo de vida que, en momentos, mezcla una gran frivolidad con situaciones que sólo pueden entenderse si se ha tenido contacto con la realidad urbana de la Ciudad de México.

Lo mío, lo mío es…

Aparte de la Full Mental Chaquet, es el electro (Ebm, Synth pop, 8 bits…) Sólo basta sentir el poder de las ondas graves y la velocidad del pulso para querer saltar, moverse como fenómeno o golpear al sujeto que se encuentra al lado.

Irreverencia

Todavía recuerdo cuando cada calle de mi colonia tenía su pandilla y todos los “valedores juveniles” se identificaban con el estilo de vida Rockero-Urbano de los años ochenta. Conocíamos mucho de ellos, por ejemplo: en donde conseguían la droga y que guardaban la marihuana en las juntas de los tabiques. Por otro lado, sabíamos quienes eran buenos para los putazos y cuales eran los tipos que solían fanfarronear con sus revólveres. En este ambiente supe de la existencia de bandas como: Los Chaplins, Los Charales o los Gavilanes. La lucha por el territorio era básica y nadie podía vender droga, asaltar o causar disturbios en zonas ajenas, todo formaba parte de un Status Quo. Pero todo esto termino a mediados de los noventa, varios jefes comenzaron a caer tras recibir una rociada de plomo o por unos piquetes. Las pandillas más débiles se retiraron y las que continuaron terminaron en el reclusorio de Santa Martha Acatitla.

Por un periodo pensé que aquellas escenas de violencia tan cotidianas habían quedado lejos, pero la realidad es otra; ahora cualquier adolescente pendejo quiere asaltarte a afuera de tu casa o intenta secuestrar a la hija del abarrotero. Hace un par de semanas un trío de chamacos (que venía de Neza) intentó asaltar a una chica, para su desgracia, capturaron a uno de ellos en su intento de huir en motoneta. En otros tiempos le hubieran guardado un fierrito en el sistema digestivo (a la vieja usanza, claro), pero varios padres de familia prefirieron guardar esos recuerdos briosos y resolvieron divertirse con el chavo antes de llamar a la policía. Así que por más media hora salieron a relucir los métodos de tortura más rudimentarios: Los clásicos toques (con un cable de plancha), golpes bajos, el chile en los ojos, hidroterapia en la zona respiratoria y por su puesto, no podía faltar el extremista que sugirió prenderle fuego con un poco de gasolina que había encontrado. Creo sin duda, que cualquiera que desee venir a estas calles a alterar el orden de tal forma, debe de asumir las consecuencias, es una idiotez, una irreverencia, no afirmo que deseo que vuelvan los viejos tiempos, pero creo que debe de quedar claro que la gente no olvida sus orígenes, sus costumbres.