Desde hace tiempo había pensado escribir acerca de las mujeres más indeseables de este país, sin duda, las taquilleras del metro. Sinceramente me vale verga si tienen un pariente cercano, o un familiar que se dedique a esta (posible y ennoblecedora) actividad, el punto es que son de las personas en esta ciudad que te borran la sonrisa del día con su puta pedantería. Hasta hace unos momentos estaba pensando considerar en nombrarlas perras pero, pensándolo mejor ¿Qué culpa tienen estos animales tan nobles? Lo mismo sucede con las zorras, ratas, gatos… todos ellos siguen una cadena en la naturaleza que es tema de otra discusión; en realidad las taquilleras son unas pendejas, y claro que habrá sus excepciones pero, hasta ahora, no las he conocido.
Próstata. Pensaba poner la imagen de una taquillera pero prefiero dejarlos con una mejor vista.