¡siéntate, ahorita te lo busco!

Recuerdo que mi padre era una persona muy autoritaria y siempre quería que las cosas se hicieran bien, a su manera. Algunos hombres talvez traten de emular la personalidad de su padre, yo no, no me interesa en lo absoluto. Lo único que recuerdo de él y que me hace reír, es lo siguiente:

Un día estaba bien emputado mi jefe, no sé porqué razón (aunque talvez siempre estaba así), y me pidió que buscará un desarmador, un martillo, unas pinzas, no recuerdo bien que era lo que me había mandado a buscar, el caso es que le conteste -¿y en dónde está? Claro que la pregunta era muy pendeja, a lo que me respondió – ¡siéntate, ahorita te lo busco! Me senté en un banquito y me jefe se emputó todavía más. Creo que sin duda, no tuve muchos consejos ni moralejas en mi infancia, pero cada que recuerdo esta escena me cago de la risa.